lunes, 27 de diciembre de 2010

El conquistador, Khan antes de Genghis


Nota escrita por su servilleta y publicada en el blog de la extinta "Chaqueta Cinéfila" (2009)


Después de asistir a la premier de la escatológica Brüno y de la insufrible 2012, por fin tuve la oportunidad de ver un estreno que amerita ser recomendado ampliamente. Se trata de El conquistador, cinta dirigida por Sergei Bodrov nominada al Óscar como mejor película extranjera.

El conquistador es una majestuosa cinta épica que retrata la niñez y juventud de quien estaba destinado a convertirse en uno de los más grandes guerreros en la historia de la humanidad: Genghis Khan.

Los esfuerzos de Temudjin para unificar a las tribus mongoles se originan cuando siendo pequeño es testigo del asesinato de su padre y, obligado por las circunstancias debe separarse de su familia incluyendo a su joven prometida. Años después regresará para vengarse enfrentando no sólo a sus enemigos, sino a aquéllos que alguna vez le tendieron la mano. El director ruso Bodrov nos presenta al ser humano detrás del líder militar, al padre cariñoso y al esposo devoto, capaz de convertirse en el más sangriento victimario en el campo de batalla.

El conquistador, es una aventura en la que se funden el drama histórico y la leyenda. La película cuenta con una fotografía espectacular y unas secuencias de acción extraordinarias que nada envidian a grandes producciones hollywoodenses como Gladiador o Corazón valiente. De hecho, algunas escenas recuerdan – guardando las debidas proporciones – los enfrentamientos entre samurais en algunas cintas del mítico director japonés Akira Kurosawa.

El conquistador de Sergei Bodrov apunta a convertirse en una de las mejores propuestas fílmicas de la temporada. Disfrute una buena película y olvídese de los desastres apocalípticos y los seudo-vampiros.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Rocky, el rey de los cocolazos!

Que extraña sensación me provoca ver a mis heroes de la niñez convertidos en unos vetarros con credencial del INSEN. Saco esto a colación porque hace unas orugas me chuté otra vez ese placer culposo - o más bien penoso- llamado Rocky 4. La que parecía ser en 1985 la última parte de la saga y una de las peores pelis de Silverio ( luego se superaría a él mismo con cosas aún más chafas) es la más clara muestra del cine de propaganda política que imperó en los tiempos del preciso Ronald Reagan. Era la época en que abundaba la ropa con estampados de Mickey Mouse y banderitas con las barras y las estrellas.


Pero, vayamos mejor con la Cachubi-sinopsis.


Como recordarán o si no saben, se los paso al costo, Rocky Balboa en la primera parte era un boxeador al que ya solo le faltaba rebuznar. Chaval pero ya ruco para debutar como profesional solo desea la oportunidad de enfrentar al morenazo de fuego Apollo Creed. Al final pierde pero todo el público le reconoce haber dado pelea y aguantar hasta el último round. La gente se emociona, la cinta gana el Oscar y hasta a Stallone lo nominan a mejor actor por parecer idiota (como diría Groucho Marx, No se dejen engañar en realidad es un idiota!)


Obvio era que debido al éxito obtenido llegara la secuela donde Rocky se venga y gana y ya encarrerados una tercera parte en la que ya hay triangulo amoroso entre el semental italiano, su ñora y Apollo, quien ya anda muy cariñoson con su ex-rival y hasta lo entrena para que se surta al Mr. T


Total, que en la cuarta parte que más bien parece una sucesión de videoclips, eso sí con uno de los mejores soundtracks que he escuchado, Rocky quien por obra y gracia del señor pareciera que entre más guamazos le dan más intelectual se vuelve, sufre la perdida de su negrito consentido. Apollo Creed se avienta un tiro con Ivan Drago, un ruso al que para no variar ponen con cara de palo, que habla como robot y que no es capaz de hilar dos frases por si solo. Y es que para los gringos, los comunistas son insensibles y malos muy requetemalos, peores que la carne de puerco. Pero para que se dé un quemón, los hijos del tío Sam le preparan tremendo show antes de la pelea con bailongo de James Brown incluído. El ruso, más bien parece indio bajado del cerro a tamborazos. Después de ponerle una tranquiza al negro, que uno hasta termina agradeciendo porque Apollo es un higadazo, el casi brother de Rocky cuelga los tenis.


Ya se lo imaginaran, como si fuera la muñeca fea, Balboa se la pasa llorando por los rincones (yo sospecho que si le daba su arrimón de cayo al moreno). Ni su señora ni su hijo lo consuelan. Entonces decide chutarse unos rounds con el ruso gigantón. Y para que vean que es re machin, que que que queeeee! No se conforma con retarlo sino que además va a hacer un sacrificio que para cualquier gringo sería la muerte: Viajar a la Unión Sovietica, lugar que de plano representan como si fuera el polo norte, con toda la gente vestida de militar y en el que Rocky desayuna, come y cena hielo porque como insisten en hacernos creer los gringos la cosa allá está muy jodida.


Mientras al ruso lo entrenan como si fuera una maquina sin darle si quiera un apapacho, el querido Rocky es apoyado por su ñora y por el cuñado mantenido, para que el respetable público vea que la familia imperialista si sabe querer, no como los comunistas que son bien ojaldras. Incluso el mentado Paulie, el cuñado que ya mencioné, antes de que suba al ring le dice: Ay que tu eres mi idolo, que yo quisiera ser como tú, que deja que te dé tu beso, bla, bla, bla...¿Pues cómo no? Si desde la primera parte el bolsón le gorrea todo!


Los pobrecitos sovieticos a falta de un escenario como Las Vegas, se las arreglan para montar un ring en una choza digna de un evento de esos que hacen acá en la alameda. Ahí como es de esperarse, la gente abuchea a Rocky, le gritan ¡La turca que la mía es rusa! y le avientan agua de riñon. Pero, el fortachón se faja su calzón de estrellas y no se achicopala. Ivan Drago dice Quiubooo! Aquí nomas mis chicharrones truenan! Y empiezan los catorrazos.


No se necesita ser un experto en boxeo para darse cuenta de que ambos son malísimos pero aguantadores, sueltan golpes a lo loco y ni de milagro meten las manos para taparse. Como si fueran paleros de partido político, los asistentes empiezan a corear el nombre de Rocky.


Según habían dicho al principio que el ruso daba puñatazos de 800 kilos pero al Silverio le hacen lo que el viento a Juárez. Se cae y se levanta como si nada. Brinca y le da sus cocolazos al güerejo que le saca como 50 centímetros (sin albur). Lo deja en calidad de bulto y cuando uno cree que va por fin a terminar el bodrio con la imagen del héroe cubierto con la banderola de los USA... ¡Zas! Viene lo peor de todo. Balboa se anima a dar un discurso moralista más chafa que los de Cantinflas en su época más decadente. Gorbachov se emociona y llora. Los rusos terminan adorando a Rocky y todos felices y contentos. FIN.


Y yo me pregunto ¿Para cuándo pelea Rocky con Pacquiao?