Como dijo el Divo de Juárez ¿Pero qué necesidad? ¿Para qué tanto problema? Yo le agregaría que nadie escarmienta en cabeza ajena. Hace unos años, al polémico taquero George Vergara, convertido en multimillonario gracias a la señora Martita Sahagún de Fox, se le ocurrió la ideota de construir un estadio nuevo para sus flamantes Chivas. Y otra vez la pregunta ¿Cómo pa´qué? Si en el estadio Jalisco jugaron las leyendas de ese equipo, pero en fin, cuando a estos cuates se les mete la idea de ganar más dinero no hay poder humano que los haga recapacitar. Después de mover sus influencias, al viejo necio se le hizo construir el inmueble. No lo conozco, pero dicen que es uno de los mejores y más modernos del mundo. En las fotos se ve bonito, eso que ni que.
Pero cuentan por ahí, que les valieron queso las quejas de los vecinos que se anteponían a la construcción del mismo, argumentando que se iba a armar el caos vial. Como a la mayoría de los empresarios que viven en este país lo que digan los pobres mortales les viene valiendo sorbete, Vergara anunció con bombo y platillo, el partido inaugural entre el rebaño sagrado y el Manchester United. Los locales ganaron, Chicharito metió gol y todos felices y contentos. Y luego ... ¿Qué pasó? Empezaron las quejas de que no se podía jugar sobre el pasto sintético, pero eso era lo de menos. Como bien habían advertido los vecinos, era un despapaye llegar. Un amigo tapatío me contó que los taxistas hacían su agosto aprovechando el trafical y que a él por poco le sale más caro el caldo que las albondigas. Vergara en el pecado llevó la penitencia y es que a un año de crearse el dichoso estadio Omnilife, se han registrado poco menos de cinco llenos.
Todo lo anterior viene a cuento porque quizá pocos lo saben, pero los dueños del equipo Monterrey ya echaron a andar la construcción de lo que será la nueva casa de los rayados ¿Cuál es la bronca? Pues que quieren darle en la torre por no decir en la madre, a la zona ecológica conocida como La Silla, un lugar que se ve que está muy padriuris con río incluído. Ya un grupo preocupado por el medio ambiente les pidió en buena onda que reconsideren la idea pero ¡Ay ajá! Ya parece que después de corromper a los responsables de dar los permisos se van a andar échando para atrás. Nada más para que se den una idea de cuántos árboles van a tumbar, está planeado que tenga un estacionamiento para nueve mil vehículos. Y si pensaron que por primera vez no había intereses extranjeros de por medio, cuánto siento decirles que si los hay, pues detrás de todo esto se encuentra la cerveza holandesa de latita verde ¡Heineken! la cual ya es prácticamente dueña de Cervecería Cuauhtémoc (del grupo Femsa, dueños del Monterrey).
Ni modo, esto de los permisos hechizos parece ser cuento de nunca acabar. Bien dice el dicho "Con dinero baila el perro" y si es usted gringo lo pongo en inglés "With money dances the dog"