Hoy ataviado con mi bata negra de terciopelo con hartas estrellas y capucha que me tapa los oclayos, vengo a dar los remedios mágicos que cambiarán su vida. Olvide todo lo que haya hecho anteriormente para conseguir amor, dinero y trabajo. Si es usted uno de esos sujetos que tienen la falsa creencia de que echándole una ojeada al Mens Health va a tener un harem que ya lo quisiera Mauricio Garcés, forget it mi hermano, es una pérdida de tiempo. Si tiene un título universitario, tírelo en el bote de basura más cercano porque con estos menjurjes nunca más volverá a necesitarlo.
Pásele a mi humilde morada, nomás aguas con los ajos que tengo colgados en la puerta, esos son para ahuyentar las malas vibras, los espíritus chocarreros, los guampiros y los políticos demoníacos (o sea todos).
Siéntese ahí pero tenga cuidado con los huevos ¡No sus huevos! Los que tengo apartados para las limpias.
Coyote chico dame fuerzas.
Si lo que busca es remedio para el mal de amores, llegó a lugar indicado. Aquí tengo los Fetiches para macho o hembra, según sea el caso. Con estos bonitos muñequitos y siguiendo las instrucciones al pie de la letra, usted conseguirá tener a la mujer u hombre de sus sueños cacheteando la banqueta. Proceda de la siguiente manera: Consiga un retrato del susodicho, apunte su nombre en el reverso con apellidos y átelo al muñeco. Si se llama Brayan Pérez, aborte la misión de inmediato o tendrá a media delegación Iztapalapa enamorada de usted.
¿Tons qué? Le envuelvo alguno para llevar o se lo lleva puesto?
