jueves, 24 de febrero de 2011

Los borrachos parlanchines


Ésta podría ser la continuación del tema publicado con el título "El país de los fregones". Dicen que es bien bonito ver llover y no mojarse, según yo (o eso pensaba), ese dicho aplicaba cuando en una reunión te hacías guaje y mientras los demás empinaban el codo, le dabas puros sorbos al sidral disfrazado de cerveza. No voy a negar, que de repente si te entretiene ver a uno que otro teporocho intentando bailar o artículando más de dos palabras, peroooooo... como hace poco me sucedió, tienes que refinarte al borracho parlanchín. Sí, ese que ni te conoce pero dice que en tu mirada ve que eres un ser lleno de bondad. Ese que insiste en que eres a toda madre ¿Y cómo lo sabe? Pues muy sencillo, porque si no fuera así él no te hubiera brindado su confianza. Ese que no sabe si el de junto abandonó a sus hijos pero asegura "Este cabrón es una buena persona". Y cuando ponen música insiste en que ha ido a todos los conciertos del artista en turno, ese que se atreve a decir incluso "Yo voy a ir a ver al Potrillo ahora que esté en las Vegas", como si se fuera a ir en ADO.

Ah! Pero además es el valedor de medio mundo, el que le ha partido la mandarina en gajos a todos los que se le ponen enfrente, el que se mete a Tepito, la Bondojo y Neza ¡Y qué qué qué! Todos se le cuadran. Porque saben quien es el papá.

Es el cuate que habla y habla sobre sus proyectos, pero cada vez que los vuelve a contar le va agregando unos detalles más Xalostoc o sea más jalados de los pelos. Pero así como es un chiras pelas también dice que es la pura nobleza. Porque el borracho parlanchín siempre cuenta que igual puede codearse con la "Socialité" que comer tortilla con frijoles de apizaco sentado en una banqueta con unos albañiles. Porque esos vatos "Son la onda, la neta, porque en la pobreza se sabe querer ¡Ayayaaay!

Lo más extraño de todo es que a los demás les dá por darle la razón y entonces comienzan dialogos como estos:

- Si yo fuera el técnico del tricolor...hic...sabes que hacía güey?
- ¿Qué carnalito?
- Yo....o sea... les metía actituuuuud! Eso es todo manito! La estrategia vale verrrr...
- Tienes toda la razón y ...
- Pérateeeee! Todavía no termino... cómo dijo... ¡Salud! Carnalito no ando pedo pero tu la neta eres la onda-
- No, pues gracias.
- No me des las gracias cabrón. Gracias a ti. Porque...pos...porque ...¡Chúpele!
- Ya así estoy bien, gracias.
- ¡Ah! ¿Me va a dejar ingerir solo? Ya va a empezar de pu...Le voy a contar otra historia...
- No me lo tomes a mal pero ya me voy a dormir. Mañana trabajo.
- ¿Trabajo? Valedor, hay que vivir. No sabemos si vamoooooos...hic...a despertar mañana. Cada día se hace un inche hoyote en la capa de ozonoooo.
- Eso si.
- Ya lo decían los mayas en sus profecías, que el mundo se va acabar. También lo dijo Nostredenus en el código Da Vinci.
-Nostradamus
- El nombre es lo de menos. Porque..el nombre pues no hace al hombre...¿De dónde venimos y hacía dónde jalamos? Ese es el asuntacho...

Y así se pasan horas y horas desparramando sabiduría impregnada de tequila. Y si a eso se le suma que ya briagos quieren darse más a notar y comienzan a gritar, el asunto se vuelve la-men-ta-ble.

Yo por eso mejor hago mis osos bailando o en el peor de los casos me duermo como viejito en la silla.

domingo, 13 de febrero de 2011

El país de los fregones


México nunca va a ganar el mundial de futbol, por lo menos dudo mucho que me toque verlo. Pero qué tal si a alguien se le ocurriera crear la Olimpiada de los choreros, en donde entregaran medallas a los tipos más mitómanos del mundo ¡Uf! Otro gallo nos cantaría. Cualquier Juan Pérez saldría con más preseas que Michael Phelps.


Esto se me vino a la mente el sábado pasado, cuando haciendo mi chamba de "supervisor" de eventos y actividades chafaldranas me topé con un fulano insoportable. Uno de esos tantos cuates que una vez que te pescan ya no te dejan ir. Se trataba de un ruco de unos 60 años, que me aventó el choro de que era maestro de baile, para ser más preciso de cha cha cha, swing y rock y que, al saber que iba a haber un evento pensó "todos estos conocimientos los debo compartir con la muchachada, para que aprendan a ligar chavas en las fiestas, para que se luzcan ¿De qué me sirve ser un chingón si no lo transmito a los demás?". El caso es que, el dizque maestro se subió a la tarima y los chamacos que además iban en calidad de acarreados ni lo pelaron. No pasaron ni cinco minutos cuando les dijo que si no querían bailar y sólo les gustaba brincar como locos, entonces les iba a enseñar defensa personal. Tomó a uno del brazo y le pedía que intentara safarse y el escuincle facilito se lo quitaba de encima. El ruco optó por mejor bajarse de la tarima.


Regresó a donde yo estaba, y me salió con la jalada de que prefirió enseñarles unas técnicas de artes marciales que porque él había estado en los "Yunaited" y allá había obtenido el quinto Dan en Karate Do. Aunque aseguró que su mero mole era el baile y me hizo una muestra gratis. Se aventó unos pasos domingueros como de Resortes pero borracho, y al terminar todavía me preguntó cantadito"¿Qué taaaal? ¿La neta a poco no se ven chidos?", yo no sabía si reír o llorar.


Para desafanarme le dije que tenía que ir a checar a unos chavos que estaban jugando ajedrez ¿Qué creen que dijo? ¡Adivinaron! El karateca bailador resultó ser también un experto ajedrecista. Traía puestos unas gafas oscuras gigantescas y hasta se las quitó para decirme como loco "¿Dónde? ¿Dónde? Yo doy clases de ajedrez, me han contratado en varias instituciones del gobierno federal, pero yo a veces ni cobro. Por que de hecho yo no vivo de esto, vivo de mi carrera de licenciado en administración de empresas" ¡Asustame panteón!


Y si con el fulano que tenía una facha que no dabas un quinto por él no era suficiente, ¡ta taaaan! ¡Qué nos va cayendo la esposa! Era el momento perfecto para poner los pies en polvorosa, pero el ruco me pesca del brazo y me dice "Le presento a mi señora, ella también baila. Dígale qué estaba haciendo hace rato", la verdad a mi me daban ganas de decirle que me estaba aburriendo cañón el viejo. Pero ni maíz, para que no se sintiera mal, le dije que había estado bailando con los chavos. "¿Ya ves mi vida? Lo que pasa jóven -refiriéndose a mi - es que ayer nos fuímos a una fiesta de mi compadre y me aventé bailando siete horas seguidas, las primeras cuatro nomás para entrar en calor. Estuvo de poca madre". Le dije al ruco que ya me tenía que ir y por fin me dejó en paz, no sin antes decirme que su señora era asesora de una ñora que anda metida en la política (la cual no voy a nombrar porque es una ratota de dos patas y capaz que se me aparece).


Así están las cosas, cuates como ese señor que se las dan de muy conocedores de tocho morocho, te los encuentras como la vitacilina, en la chamba, en el taller y en la cantina. Y así como este mono era Karateca-bailarín-empresario-ajedrecista, hay otros que son mecánicos-actores-futbolistas, cantantes-electricistas-chefs-técnicos de futbol y otras cientas, qué digo cientas, miles de combinaciones diferentes.


Yo por eso digo Si los mexicanos somos fregones, lo malo es que el resto del mundo no se ha dado cuenta ¡Qué caray!