Aviso: Para proteger la integridad del autor o sea yo, los nombres de algunos personajes han sido ligeramente cambiados.
La multitud espera ansiosa la
entrada al Coloso de Reforma. Señoras emperifolladas, un día antes habían pasado largas horas en el
salón de belleza y yo parafraseando al grupo Intocable me preguntaba ¿Y todo
para qué? Para que a la hora en que nos repartieran los boletos, vieran
decepcionadas que las habían mandado al gallinero. Pero también a quién se le
ocurre pensar que en un lugar en donde cabe un titupuchal de gente alguien se va
a estar fijando qué traen puesto. En fin.
Con la clásica comitiva a sus
espaldas aparece el gobernador. Algunas mujeres se acercan y las exclamaciones
no se hacen esperar ¡Le dije que está re
guapo comadre! ¡Papacito! ¡De aquí soy!
Juro que no es envidia, pero pues
no necesito ser mujer para darme cuenta de que el fulano así como que galán,
galán no es. De hecho, miro sus zapatos y confirmo mis sospechas. El señor recurre
al viejo pero infalible truco del tacón cubano. Si lo sabré yo, que también lo
aplico para acercarme al 1.70 y no verme tan zotaco. Por otro lado, está científicamente
comprobado que el factor PODER es un fuerte afrodisíaco. Apuesto lo que quieran,
a que si el susodicho fuera el señor Miguelito que saca las copias en la
oficina, no lo rondarían ni las moscas. Para su buena suerte, no es así.
Los paleros en un alarde de
originalidad gritan al unísono ¡Fulano! ¡Amigo! ¡El pueblo está contigo! Esto
ya lo viví ¿Será un Deja Vu? Me pregunto. Claro, es la misma porra dedicada
hace un año a Perengano, y hace seis a Sutano. Hay cosas que por más que critiquen
insisten imitar.
Una vez dentro, me siento junto a
un compañero que con cara de congojo me cuenta que en la entrada le confiscaron
una torta de chorizo con frijoles y un Red Cola. Una compañera le hace burla diciéndole que ella sin broncas pasó un termo con leche y una bolsa de “Confleis”.
No bueno, traía hasta su platito para preparárselos ahí en su asiento sin el
mayor empacho.
Desde arriba vemos entrar a los
invitados “Vi ay pi” que tendrán el privilegio de escuchar de cerca al
gobernador una vez que inicie su discurso. Para amenizar el evento se
arranca a tocar un mariachi. La gente se emociona como si estuviera en
Garibaldi y pide a gritos que canten Cielo rojo, Por tu maldito amor y Cruz de olvido, pero los muy jijos se las catafixian por Mujeres divinas, Lástima que seas
ajena y Mátalas. Ya hay quien picado empieza a organizar en donde se la van a
seguir pero con unos tequilas encima para calentar el ambiente. Pero los que de
plano no tienen una pizca de educación son los diputados ¿En dónde se ha visto
que mientras los artistas están en el escenario los cuates de abajo estén de
pie cotorreando, hablando con el celular, intercambiando papeles? No cabe duda
que para esas nacadas los políticos se pintan solos.
El locutor pide silencio para presentar
a los invitados especiales. La cámara toma sin querer al Señor de las ligas, se
escuchan murmullos que se asemejan a un ¿Y ese güey que hace aquí? Rápido
mueven la cámara hacia otro lado. Aplausos para el ingeniero Cuatemochas, para
Niño Canún, para Muñoz Bledo (aunque todos se preguntan ahora a cuál partido va
representando), para Jabobo Chabludosky, para Necio de María y hartas mentadas
para el diputado Caguachi.
Y en medio de aplausos y gritos
de emoción desbordada hace su entrada triunfal el señor gobernador. Con su voz
chillona pide que pongamos atención a un bonito video. Apagan la luz. Escuchó a
mis espaldas unos ruidos extraños, una mezcla de respiraciones entrecortadas
que me eriza la piel. Lentamente giro mi cabeza y… ¡Seis personas de la fila de
atrás están durmiendo! ¡Ya ni la friegan!
El discurso es inspirador. Casi
lloro al escuchar tantos logros descomunales. Que los japoneses se queden con
su tren bala, lo de hoy es el metrobus. Nunca se habló de Iztapalacra, ni de Milpa Alta, mucho menos de Tlahuac ¿Cómo para qué? Para qué entristecernos si
podemos hablar de Paseo de la Reforma (obvio sin llegar a los límites con la Guerrero)
Santa Fe, Lomas de Chapultepec y La Condesa. Y en el asunto del desarme, ya la
ONU va a mandar una carta pidiendo que los ayudemos canjeando armas por
bicicletas en Palestina, Irak y Sarajevo ¡A fuerzas! Sí ya decía yo que no
ganamos el mundial sub 17 dos veces por pura casualidad ¡Somos potencia en
todo!
Me cae que con una lágrima bailándome
en el ojo como si fuera Remi, salgo del recinto con ganas de cantarle al susodicho
esa famosa rola que dice “Tu eres mi hermano del alma realmente un amigo”.
En mi vida he gozado de bellas experiencias
pero como esta pocas ¡Verdad de Dios!

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