domingo, 9 de agosto de 2009

El amo del viento.

En español le pusieron El amo del viento pero seguro el título original es Everybody love´s Hopkins y es que, al personaje lo ponen insoportablemente adorable. En 1960, en Nueva Zelanda, un rucailo jubilado se la pasa metido en su cuchitril arreglando su vieja motocicleta con una bola de fierros oxidados. El sujeto que acostumbra echarse su tecito con agua del radiador, un día se anima a invitar a otra veterana a un bailongo que organizaron en su honor. Ahí, le caen unos motociclistas que cual si fueran gente pagada por AMLO, se meten al festejo muy sabrosones, Hopkins no se amedrenta y los reta a una carrerita. Total que no les gana pero si les da pelea.
Luego le cuenta a su “chavala” que planea ir a los Estados Unidos buscando imponer un nuevo record, comprobando así que su moto es la más rápida del mundo. La ñora me imagino que estaba algo urgidona de cariño, porque le tira la onda valiéndole que el viejo es un fodongo y mugroso. Incluso en una escena posterior se ve como le hace de desayunar después de haber ido a orinar a un arbolito y ni se lava las manos el cochinón. Luego por andar de payaso le da un ataque.
La doctora como es lógico, le aconseja no volver a treparse a la moto (a la viejita no dicen si sí o si no). El vejete necio hace caso omiso y se dispone a viajar a gabacholandia. Los malandrines lo encuentran pero le dicen que no se escame, que solo lo van a buscar para desearle suerte y para ayudarle con una lanita. Ya nada más faltó que le dijeran ¡Te queremos Anthony te queremos!
Antes de irse, el don se avienta el chorazo que nunca puede faltar en esta clase de cintas, ese donde habla del valor, la perseverancia, bla, bla, bla, y de mecánico pasa a ser discípulo de Confucio, filosofando sobre la vida.
Aborda un barco y, cuando les explica a los de la aduana el motivo de su visita, estos ponen su cara de ¡Wow! Que tipo tan admirable es mi ídolo! Le dan la bienvenida, le dicen que le van a dar chance de quedarse el tiempo suficiente (igual de buena onda que con los mexicanos, ajá).
Y hablando de mis paisanos, cuando Hopkins llega a California, parece que está viendo uno al Mil Usos en su arribo a la capital. Lo ponen como si fuera un indio bajado del cerro a tamborazos. Por milésima vez hay que chutarse la idea jalada que tienen los gringos de que son el único país civilizado en el mundo.
Por cierto, el universo en el que se desarrolla la historia está poblado por puras personas de buenos sentimientos, desde el travesti que trabaja en el motel en donde se queda Hopkins hasta los policías que le perdonan una infracción. El único ojeis es un taxista que le cobra bien caro peroooooo… ¡Sorprais! Adivinen de dónde es? ¡Hindú! ¿Qué raro? ¿No?
Al llegar al dichoso lugar, le dicen “usted es harto simpaticón pero no podemos dejar que compita, su moto ya está muy viejita y usted iguanas ranas”. El ruco se pone necio y como quién sabe por qué maldita razón resulta que se gana el corazón de todo mundo, le dan chance de hacer su santa voluntad. Participa, rompe un record, regresa triunfal a casa y por fin se acaba.
¡Que flojera!

1 comentario:

  1. "Incluso en una escena posterior se ve como le hace de desayunar después de haber ido a orinar a un arbolito y ni se lava las manos el cochinón. Luego por andar de payaso le da un ataque."

    Jajajajajajajajajajaja! Cachubi, tus anti-reseñas me encantan!!!!! Deberías subir una por día para dejarnos a tus CachubiGirls contentas (sí, también a las que entran a visitarte y no se animan a dejar comentario) =)

    Hablando de las CachubiGirls, ¿cuándo filmamos nuestra propia movie?

    Besotes!!!!!!

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