Quien
trabaje en una oficina del gobierno entenderá a la perfección el siguiente caso
que por inverosimil que parezca es verídico.
Un buen
día tu jefe/jefa te pide que organices una junta con los encargados de cada
departamento para tratar asuntos muy importantes y de una vez darle su jalón de
orejas a quien lo amerite. Si, si, si, esta vez se impondrá con mano dura como
debe de ser. A sabiendas de que el licenciado Chumacero no va a asistir, ya ni
le hablan. Para asegurar la presencia de los demás, se les envía por correo la
orden del día, no me refiero a la orden de trabajo sino al menú, que ya le
pidió la jefaza que hiciera a una de las secres a cambio de faltar tres días.
Ya están listos los jarritos de tamarindo, los tamales y el atole, ya lo demás
es lo de menos.
Te piden
que para tener todo listo te presentes al otro día desde bien temprano y aunque
la junta estaba programada para las nueve, como dice la canción "Y nos
dieron las diez, y las once, las doce y la una...". Con los 5 encargados
presentes, el la jefaza hace uso de la palabra "Les doy la más cordial
bienvenida (como el señor Rolk, hasta me siento Tatú) ¿Qué les parece si nos
presentamos?" Por piedad!!! ¿Presentarnos? Pues si ya nos conocemos!
Termina
la dichosa presentación, y la jefa con su hojita en mano lee que asuntos se van
a tratar. Pero ¡Tomela barbón! Apenas termina de leer te echa la bolita
"Ahora cedo la palabra al compañero para que él les explique y aclare
todas sus dudas" Y como dijo el gran intelectual Vicente Fox ¿y yo por
qué? Ahí tienen al pobre Cachubi improvisando, sacando lo mejor de su
repertorio para librar la situación. La ventaja es que los oyentes están más
preocupados por averiguar cual tamal pica menos, si el de rajas o el de pollo
con mole. Comienza el atravesadero, porque para empeorar el asunto a la secre
le han pedido que no se distraiga redactando la minuta y que en vez de eso
prepare los cafés y sirva los refrescos.
Le
pregunto al licenciado Resortes si ya tiene planeado ejercer su presupuesto (el
tipo no tiene para cuando) mi jefa me voltea a ver con una carota de ogro y
medio mamilonga haciéndose la chistín comenta "ay cómo eres, deja que el
licenciado se acabe su atolito no lo dejas desayunar en paz". O seaaaaaa
¡Ésta es una junta de trabajo no una kermesse!!! (¿Dónde quedó lo de la mano
dura?)
Como ya
es tarde, brincamos del punto 2 al 5 que son las conclusiones a las que se
llegaron en la junta. Una recomendación del licenciado Quijotillo fue que para
la proxima reunión compraramos mejor barbacoa, él gustoso nos podría dar la
dirección de un lugar en el Ajusco donde la venden sin grasa. La profesora
Tapioca, única interesada en hablar de la chamba me hace una seña de
"mejor tu y yo luego hablamos". Resortes comenta "Ahí pa´la otra
les paso un informe detallado de los logros descomunales de mi departamento.
Ahorita no traje nada porque se desconchinfló la impresora".
Que ji,
ji, ji que ja, ja, ja y tan tán. Si tienen tele ahí se ven.
Sólo me
queda una duda ... ¿Y ahora qué chin...troles reporto en la minuta?
Jajaajaj, me he reido mucho, y me he sentido identificada con las laaaargaaaas reuniones que no se hablan de lo que tenían que hablar, y encima a lo largo de esa ""reunión"", el jefe te pide algo improvisado, un documento, un informe...pero salimos airosos..porque es verdad que tristemente nos vamos acostumbrando a que las reuniones sean así.
ResponderEliminarEspero leerte pronto.
B.
Si en algo te consuela...eso pasa en la empresa privada...es mas, casi ni se reúnen...jeje
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