martes, 25 de febrero de 2014

¡Ah pa´ notitas informativas!


Dr. Maquiavelo Villanueva
Director General

Por este medio, mi compañero Joselo Gómez  y su servidor Proculo Atilano(servidor de usted, no de mi compañero, quien por cierto el próximo sábado pasará a ser mi compadre cuando apadrine a mi hijo Brayan Nicolás) le informamos los sucesos que sucedieron en el Pueblo de San Cadilla, al que fuimos el sábado pasado por orden suya de usted.

Primeramente acordamos encontrarnos cercas del metro Tlahuac a las 8:00 hrs., segundamente Joselo Gómez llegó tarde al punto, alegando que los transbordes en esa línea son de muerte y sin afán  de justificarlo, para qué nos hacemos si eso es cierto. Mientras lo esperaba, yo procedí a ingerir un tamal, aclaro que sin torta porque luego no alcanza para el pasaje de regreso, y menos ahora que ya lo subieron a cinco pesos. Una vez reunidos, Joselo Gómez me reclamó por no disparar los atoles, actitud que creo lo hace merecedor de una llamada de atención por ser tan cínico; lo dejo a su consideración.

Abordamos el camión a las 9:25 hrs., y esperamos casi una hora para salir porque ya ve que no salen hasta que los atiborran de gente.

Ambos dos, nos dirigimos al domicilio del Sr. Teódulo Pacheco, ese que usted nos pidió que investigáramos el por qué no se ha presentado a trabajar en dos semanas. Como nadie nos abría la puerta, fuimos a preguntarle al pollero de enfrente si sabia algo del Sr. Teódulo y nos contestó que no lo había visto, desde el día en que le guardó dos kilos de mollejas y nunca regresó por ellas. Anexamos las mollejas a este informe como prueba.  Luego, nos dirigimos a la casa de la Sra. Rómula Pacheco, hermana del susodicho en donde nos recibió un niño que según dice, la señora lo deja solito todo el día para irse a trabajar al restorán. Nos dio una dirección, pero nomás no dábamos con el lugar. Ahí donde nos dijo que era, solo había una cantina llamada “No me las des llorando”.

Nos quitamos los chalecos con los logos del gobierno, no fuera a ser la del diablo que no nos dejaran entrar por ir uniformados. El lugar pues, cómo le explico… ahora verá, estaba pintado de un rosa mexicano intenso, de ese que hace que le chillen a uno los ojos. Joselo Gómez ni tardo ni perezoso ya estaba en la barra pidiendo un pulque. Yo le dije que íbamos en plan de trabajo, pero según me explicó que esa era su táctica para sacarle información a la comunidad. Por si las dudas, yo seguí su ejemplo y pedí un curado de nopal.  Dos personas que estaban sentadas a un ladito de nosotros, nomás se nos quedaban viendo como diciendo que no éramos de ahí. A mi uno de estos señores se me acercó cuando entre al baño y me dijo lo que a continuación le informo:

-       Óigame chaparrito, a ustedes los vimos desde temprano cuando llegaron al pueblo. A mi no me engañan. Ustedes vienen de parte de ese de hijo de su chin…que es el delegado ¡Vayan y díganle que este pueblo se cuida solo y que no hace falta que manden gente para checarlos! Ahora que, si así no entienden, a lo mejor dándoles unos plomazos ahí donde no les da el sol.

Con los pantalones a medio subir, salí corriendo del baño. Ya se imaginara usted el sustazo. Ya iba yo para fuera sin pagar cuando Joselo Gómez me pesco del cuello. Descubrió que una de las meseras era la Sra. Rómula Pacheco, la misma que habíamos ido a buscar. Y bueno, pues aquí concluimos lo que corresponde a nuestra investigación, porque nos dijo que el Sr. Teódulo ya se nos había ido, así con esas palabras dando a entender que ya había pasado a mejor vida.

Después de pagar los pulques, siendo las 16:00 hrs., nos disponíamos a retirarnos, pero en eso el señor que minutos antes me amenazó en el w.c., se acercó para invitarnos a largarnos y no regresar nunca mas.


En espera de sus indicaciones. Nos despedimos. Si puede lo espero en el bautizo de Brayan Nicolás.

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